miércoles, 3 de febrero de 2010

¿Se puede saber cuándo nos mienten?

Muchas veces me preguntan cómo desde la prensa se puede modificar la realidad. ¿Acaso no existe en cada uno de nosotros la capacidad de discernir, de darnos cuenta cuándo nos están diciendo la verdad y cuándo nos mienten?, preguntan en forma retórica algunas personas, en especial aquellas que tienen un grado de instrucción superior al común.

Mi respuesta es siempre la misma: no todos las personas pueden darse cuenta de las trampas que existen en su camino, si no está familiarizado con él.

Un ejemplo: si se sabe que una calle de barrio suele estar descuidada, uno conduce con precaución, recuerda el pozo o el lomo de burro, y hasta puede adivinar cuando se acerca un peligro… ¿Acaso no vemos en las películas, que el baquiano sortea la trampa y el desprevenido cae en ella y queda colgando de un árbol?
Bueno, en el periodismo es igual (y seguramente en todas profesiones ocurre algo similar), hay reglas que no se deben violar, pero sin embargo se tuercen sutilmente para disimular una intención particular o un interés personal o de grupo.

Cuántas veces yo mismo me encontré afirmando, por ejemplo: “el dictador de tal país”, o asombrándome del crecimiento económico de tal o cual nación, sin más base que lo que se afirma desde los medios que uno escucha o lee. Porque, atención: cuándo uno escucha el noticioso o lee los cables o la información que aparece en los diarios cree que le están dando eso: información pura y simple. Sin embargo, no es así para nada.

Si una agencia de noticias de un país A, informa que en el país B se están produciendo determinados hechos, es deber del medio buscar la información que produce B, para corroborar que eso realmente es así. Y sí la información es contradictoria, habrá que esforzarse para tener una tercera versión neutral para poder brindarla a los lectores u oyentes. Ni que decir si además existen intereses encontrados entre esos países. Allí el esfuerzo deberá ser aún mayor para evitar que los lectores puedan sufrir algún tipo de manipulación indebida.

La táctica del ocultamiento, de dar información sesgada o directamente inexacta, es la que se utiliza durante las guerras, y los argentinos tenemos fresca la memoria del: “estamos ganando”, dicho por los dictadores en el ’82, y repetida hasta el cansancio por los medios, mientras la realidad era muy distinta. Allí seguramente que los medios no buscaban la otra versión. Por los motivos que fueran, y por más justificación que se le quiera encontrar, se violaba la ética periodística, se incumplía el deber de dar a conocer la verdad, los hechos comprobados, y se cumplía con el objetivo de un bando: desinformar.
¿Usted se enteró que algún medio hiciera su autocrítica?
Yo tampoco…

Pero sin llegar a ese extremo, doloroso en particular para nuestro país, hoy se utiliza el mismo método, con diferentes intenciones.

Otro ejemplo: hace unos meses la llamada Gripe A, o porcina, era el terror, la peste negra que se avecinaba. Los grandes medios alertaban, pontificaban y atacaban a funcionarios que no actuaban como debían, al gobierno que no hacía todo lo que estaba en sus manos. Hablaban de casos que se ocultaban, de cifras que se manipulaban… Del terror que amenazaba a la población… ¡de la compra de vacunas! Pocos meses bastaron para que nos diéramos cuenta de que nos habían mentido. Los muertos no eran tales, menos que con la gripe común, que también fue menos mortal que años anteriores, y hoy se investiga internacionalmente a los funcionarios de la Organización Mundial de la Salud, porque se sospecha que fueron coimeados (¡si!), por los grandes laboratorios que hicieron fortunas con el pánico de la gente.

Si esto ocurre en estos niveles, imagine lo que se hace todos los días a lo que pocos le prestan atención, como los ya paradigmáticos y repetidos: “la policía debió intervenir” por “intervino”, o “hubo reajuste de precios”, cuando no se quiere decir: “aumentaron los precios”.

En estos días voy a dar ejemplos concretos, para que estos conceptos queden más claros. Y si alguien tiene comentarios, puede dejarlos al final de esta nota; trataré de responderlos.

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