viernes, 10 de febrero de 2012

Pablo Sirvén o la paja en el ojo ajeno

El antiguo y buen periodista de espectáculos de La Nación, Pablo Sirvén, reconvertido ahora en punta de lanza del antikirchnerismo más rabioso, calificó ayer de “deleznable, vergonzoso, criminal, repugnante”, la publicación de las fotos del cadáver de la modelo Jazmín de Grazia.

Tal vez sean los adjetivos apropiados, pero llamativamente, en su afán de criticar al gobierno, asegura que los repudios oficiales fueron medidos, y sugiere que es así (con una lógica lamentable), porque la presidenta había elogiado un artículo del diario Democracia en relación a Malvinas, propiedad del Grupo Olmos, también dueño de Crónica.

Sugestivamente, el periodista anti K, explica: “Hace pocas semanas hubo un gran debate por las fotos que la revista Caras le tomó en la puerta de su casa, sin su consentimiento, a Luis Alberto Spinetta”. Aquí sus adjetivos son medidos, lo califica de un caso: “lleno de aristas polémicas”.

En su incomprensible odio hacia los periodistas que no comparten su militancia a favor del diario La Nación con sus posturas opositoras al actual gobierno, afirma: “El tema revienta en las redes sociales, y ya los "operadores" formales o informales del oficialismo se abroquelan en actitud defensiva, con condenas parciales o, lo que mejor les sale, desviando la atención hacia otros temas”.

Su furor se ensaña luego con la periodista Cynthia García, a la que acusa de haber conseguido en su momento, fotos del cadáver de Nora Dalmasso para el canal América, y elogia a TN atento a la "violenta represión en Tinogasta", diciendo: “otras señales de noticias prefieren mirar para otro lado e ignorar el tema”.

Sirvén, convertido ahora en pontificador de primera línea del diario de los Mitre, dueño de críticas y elogios para sus colegas, ni siquiera tuvo en cuenta que el propio portal del diario pro inglés donde aparece su nota titula: “Fuerte repudio de Nilda Garré por las fotos del cadáver de Jazmín de Grazia”, desmintiendo el supuesto ninguneo.

Con todo respeto para el pasado de don Sirven, tan proclive a criticar a tontas y a locas, ¿alguna vez explicará por qué justifica las mentiras de los medios en los que él trabajaba cuando la guerra de Malvinas? O ¿por qué su afán crítico lo mantiene alejado de cualquier mención a las causas judiciales que por evasión de impuestos y crímenes de lesa humanidad, está llevando adelante la justicia argentina contra sus empleadores?