martes, 24 de noviembre de 2009

Ejemplo de periodismo tendencioso

Otra vez “La Nación” da un ejemplo de parcialidad y periodismo tendencioso.

Hoy, martes 24 de noviembre de 2009, se da el lujo de publicar en tapa un título a cuatro columnas con una información falsa (utiliza su ya clásico caballito de batalla cuando no tiene que decir: “polémica”).

El título dice: “Polémica intervención del Estado en Autopistas del Sol”, dando a entender que el Estado se mete donde no debe. Falso totalmente, ya que la propia empresa informó que entraría en cesación de pagos y, lo que se dispuso, es una “coadministración societaria que fiscalizará y controlará por 120 días… todos los actos de administración habitual… que puedan afectar la normal prestación del servicio…”

Eso lo informa el matutino de los Mitre, después de haber dado el título mentiroso.

Pero el infundio no se queda ahí, porque en lugar de mantener el necesario equilibrio periodístico, manda una opinión totalmente fuera de lugar en la bajada.

Sí, ¡y aunque no se crea!, se sienten tan impunes y desprecian de tal manera la inteligencia de los lectores, que después de la falsedad primera mandan otro invento: “…a raíz de la política tarifaria no pudo hacer frente a una deuda”.

Y otra vez lo increíble. Se informa que la deuda es de $1.162,7 millones. No es que se trata de un pequeño desfasaje, sino de una evidente irregularidad de arrastre. Y tampoco es verdad que no hubo ajustes tarifarios, porque además del que no se menciona del 15% ocurrido hace tiempo, el mismo diario, pero no en tapa, sino muuuuy adentro en el suplemento económico, aclara: “aunque a comienzos del año había recibido una autorización para aumentar los peajes en entre el 54 y el 105%”.

Sí, todo lo que dice “La Nación” en la tapa lo desmiente ella misma en la nota. Hasta lo de “polémico”, porque la propia empresa (que evidentemente tiene “cola de paja”) manifiesta la esperanza de que pueda ser útil la intervención. ¡Están esperando que el Estado (o sea nosotros) los salve!

Mientras tanto, ¿y el escándalo de los espías de la Ciudad de Buenos Aires y del encarcelamiento del jefe de policía de la máxima confianza de Macri?

No existe más. Ayer no hubo información, hoy tampoco. ¿Será Macri el candidato presidencial que hay que salvar?

Eso sí ¡y aunque usted no lo crea!, la noticia del día para un diario normal “Oyarbide denunció amenazas”, aparece en un título a una columna en la página 9.

Periodismo independiente… de la realidad.

Colegas de “La Nación” ¿a ustedes los capacita el Grupo Clarín?

lunes, 23 de noviembre de 2009

La mentira diaria de los multimedios al descubierto

Es notoria la forma en que La Nación y sus columnistas, todos alineados detrás de sus patrones/dueños, falsean la verdad sin ningún tipo de remordimiento ni vacilación.
¿No me creen?

Acaso con el fin de adaptar la realidad a sus intereses ¿no fueron capaces de defender al "Fino Palacios", aprobar el uso del glifosato, o pedir mayor represión contra mendigos, pobres o jóvenes, según se desprende de sus últimos editoriales?

Algunos de sus columnistas parecen estar mimetizados con lo que sale de sus bocas. Gestos reptilezcos, miradas sesgadas, ojos huidizos, es como si el veneno de sus almas fuera poco a poco transformando su humanidad, en una apariencia cada vez más repulsiva, al compás de sus pérfidos razonamientos y sus innobles acciones.
¿No me creen?

Sólo basta verlos en sus programas televisivos, auspiciados por empresas a las que sirven fielmente, mientras se mueven al ritmo de los hilos que, disimulados, manipulan sus palabras.
El viernes pasado, en una muestra más de cómo pervierten sus propios códigos (expresados en su famoso “Manual de Estilo y Ética periodística”), decidieron desinformar sobre la aprobación de la ley de extracción de ADN.

“Aprueban la polémica ley de extracción compulsiva de ADN”, dijeron, con dos adjetivos que no deberían haber estado en un título objetivo y meramente informativo: “polémica” y “compulsiva”.

En realidad debieron haber informado: “La Cámara de Senadores por 57 votos a favor contra 1, convirtió en ley un proyecto que habilita al juez a ordenar la extracción de ADN para identificar a hijos de desaparecidos.”

Como título, aunque correcto, se podría decir que es demasiado largo. Si se resumiera podría decirse: “Aprobaron… un proyecto… para la extracción de ADN” o similar.
Sin embargo, decidieron agregar violencia a su título, con dos adjetivos que, además, resultaron absolutamente mentirosos.

Véase si no la información: la votación resultó en senadores 57 a 1. Está claro que la resolución fue casi por unanimidad. ¿Se puede hablar de polémica? Si se es mal intencionado sí.

El otro adjetivo es “compulsiva”, para referirse a la extracción. Como si una muestra de pelo, una gota de saliva, restos de piel en alguna prenda pudieran ser considerados de extracción compulsiva.

¿Es que el cronista no vio nunca las series de TV donde muestran cómo se toman las muestras de ADN en otros países? Otra mentira sin fundamento.

Y aquí no interesa tanto si está bien o mal que se trate de identificar a las personas a través de su ADN, lo que importa es la “perversión” con la que actúa un medio de prensa; y sus periodistas, que no están obligados a la obediencia debida (aunque seguramente no conservarían su puesto si no obedecieran…).

Y ese medio de prensa ¡pretende dictar normas de ética! cuando, como en este título del viernes, viola diariamente los códigos periodísticos más elementales.

Por eso, sería aconsejable, que si uno es estudiante de periodismo, o simplemente un aficionado a la información, siguiera atentamente a La Nación y a Clarín, para conocer a fondo cómo se tergiversa, se engaña y se falsea la realidad en función de intereses que no son, precisamente, ni del estilo ni de la ética.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Macri y los medios: cómo se reinventa la realidad

Más allá de lo que cada uno piense de Mauricio Macri como político y gobernante, es interesante seguir el tratamiento que los multimedios le están dando al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Por ejemplo, ninguna de las denuncias formuladas por los sectores opositores contra funcionarios del gobierno de la Ciudad obtuvo primeras planas exclusivas o títulos catástrofe, como sí ocurre cuando se realizan contra los funcionarios del gobierno de la Nación.

Llamó la atención que en un reciente editorial del diario La Nación, se llamara a no tomar medidas contra el policía Palacios (que iba a ser el jefe policial de la “Policía metropolitana”) hasta que no se comprobaran los cargos que existían contra él, olvidando graciosamente su prédica anterior de que cualquier funcionario acusado judicialmente debía renunciar.

Que la defensa a ultranza del funcionario (que debió renunciar y ahora está preso), la hiciera Mauricio Macri (a quien muchos vinculaban su actitud con el síndrome de Estocolmo, por la relación Palacios/secuestradores de Macri), se puede entender en un político acorralado o sin experiencia, pero es difícil de comprender en un medio periodístico con larga trayectoria, que debe mantener cierta ecuanimidad, por lo menos que disimule sus intereses.

En el caso de La Nación, hasta se puede entender que editorialice a favor del Glifosato (con el mismo argumento que utilizó con “el fino” Palacios: “no está comprobado el daño que puede causar”), teniendo en cuenta que tradicionalmente el diario de los Mitre defendió intereses económicos a los que estaba vinculado sin que le importara las consecuencias (recordar su apoyo al plan económico de Martínez de Hoz).

En la ciudad de Buenos Aires, los problemas con los docentes, la falta de atención a escuelas y hospitales, los sueldos que no se pagaban a los profesores de arte, la formación de un grupo de choque que atacaba indigentes, los desalojos compulsivos al mejor estilo mussoliniano (o bussiano), los bacheos duplicados en determinadas zonas, los continuos viajes, la falta de actividad real de los funcionarios, los negocios inmobiliarios, el aumento de impuestos y las evidentes dificultades de comunicación del gobierno, y en particular de su jefe, hubieran merecido toda clase de titulares en otros ámbitos o épocas, más allá de que fueran comprobadas o no.

En cambio, en particular para La Nación y para Clarín, todas las tapas, todos los títulos, fueron siempre, ¡especialmente desde la discusión y aprobación de la ley de medios!, contra “Los kirchner”, como gustan llamar los medios monopólicos al gobierno nacional.

Todavía hoy, los avances judiciales contra los espías, con comprobaciones irrefutables, son tratados por los medios como una simple polémica entre políticos con distinta ideología y no como lo que realmente son: una acción ilegal producida desde el gobierno contra los ciudadanos.

Hasta Nik, el humorista estrella de La Nación, que lleva publicados más de 500 chistes, de un nivel muy inferior a su Gaturro, contra los funcionarios nacionales, parece que tuviera vedado hacer humor con el jefe de gobierno capitalino. Recién hoy, viernes 20, se anima con una especie de “son todos iguales”.

Es que hoy mismo La Nación parece empezar a despegarse de Macri, aunque insiste, en lugar de titular, por ejemplo: “Macri no puede justificar la red de espionaje”, titule en realidad: “Graves acusaciones entre el gobierno nacional y Macri”. Como decía, intenta reducir la gravedad del hecho a una polémica entre dos.

Eso sí, su escriba Morales Solá toca donde le duele: el temor a que el gobierno le saque el monopolio del papel a La Nación y Clarín, que les fuera otorgado por el dictador Videla allá por los ’70. Es que ahí está uno de los nudos entre el gobierno y los medios que monopolizan la comunicación. Mientras ellos tengan el papel (la materia prima) no hay competidor que les haga mella, porque fijan precios y cupos de entrega (así les pasó a Crónica y Perfil en su momento, cundo quisieron quebrar la hegemonía de los grandes).

Finalmente, hoy también Clarín se luce, intentando rescatar lo que queda de uno de sus posibles candidatos para el 2011: “Macri dijo que los Kirchner intentan desestabilizarlo”.

La estrategia de los medios está clara: Mentimos, desinformamos, porque defendemos nuestros intereses…
El periodismo y la ética… es para los estudiantes que recién empiezan.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Modus Operandi de la desinformación

martes 17 de noviembre de 2009

Más allá de cualquier posición política, esta es una buena nota para ver como funciona la desinformación en el mundo.

Manuel E. Yepe

El martes 10 de noviembre, el Ministerio de Defensa de Corea del Sur anunció que una patrulla norcoreana había cruzado la línea fronteriza marítima en el Mar Amarillo (o Mar Occidental) lo que provocó que un buque de la Marina de Corea del Sur realizara "disparos de advertencia" a los que respondieron los norcoreanos. Según la agencia noticiosa surcoreana Yonhap, el patrullero de Pyongyang "aparentemente sufrió daños", aunque no se informó de víctimas.

La frontera marítima en aguas del Mar Occidental es una zona altamente conflictiva donde se han librado enfrentamientos con numerosas bajas entre buques de las dos Coreas. Pyongyang rechaza la controvertida Línea del Límite del Norte (NLL), impuesta al final de la Guerra de Corea (1950-1953) por las tropas de la ONU lideradas por EEUU.

Este incidente agregó significación a una reciente denuncia por desinformación maliciosa formulada por el destacado pacifista y escritor estadounidense Bruce K. Gagnon, coordinador de la “Red global contra las armas y el poder nuclear en el espacio”.Se trata de un suceso que, sin ser excepcional ni novedoso, resalta la sistemática manipulación que caracteriza al modus operandi de la gran prensa corporativa.
Relataba Gagnon que el diario The Washington Post de la capital estadounidense había publicado el 13 de octubre de 2009 un artículo titulado “Disparó Corea del Norte cinco misiles”, referido al hecho cierto de que esa nación asiática lanzó tal cantidad de misiles de corto alcance tras lo cual declaró una prohibición de la navegación en aguas frente a sus costas orientales y occidentales, sin mencionar en lo absoluto las motivaciones que había tenido Pyongyang para adoptar esas medidas.
“Lo que fue convenientemente excluido de la noticia es que Estados Unidos y los militares surcoreanos acababan de iniciar grandes maniobras militares conjuntas en el Mar Occidental (o Amarillo), situado entre Corea y China, que tendrían lugar del 13 al 16 de octubre y que incluirían la participación del grupo de combate del portaviones USS George Washington. Corea del Norte temía que Estados Unidos y Corea del Sur (que ahora construye misiles de largo alcance capaces de alcanzar en profundidad el territorio de Corea del Norte) planearan utilizar la circunstancia para lanzar un ataque sorpresivo contra ellos”, observa Gagnon.
“Después de todo, -añade- ellos conocen de los ataques de EEUU contra Iraq y Afganistán, y escuchan el entrechoque de los sables de guerra que Estados Unidos blande contra Irán. Corea del Norte no puede descuidarse ante la ocurrencia de estos grandes ejercicios militares. Cuando tienen lugar, ellos dejan todo lo que estén haciendo y se preparan para la defensa de su país. Es esa una razón por la que su economía presenta tantos problemas.”
“Por eso, como medida preventiva, ellos dispararon al mar, sin intención ofensiva, los 5 misiles de corto alcance, a fin de advertir (al eventual atacante) que ellos estaban alertas”, dice Gagnon.
El Washington Post había escrito que, "la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, reaccionando ante los informes sobre el lanzamiento de los misiles, declaró que Estados Unidos y sus aliados están tratando de demostrar a Corea del Norte que la comunidad internacional no aceptará la continuidad de su programa nuclear".
Ironiza Gagnon que “Estados Unidos finge sorpresa por este comportamiento extravagante e inesperado de la ‘inestable’ Corea del Norte y utiliza el incidente como pretexto para recordar al mundo que los buenos americanos están trabajando fuertemente para detener el programa nuclear de Corea del Norte. Estados Unidos, en otras palabras, es apenas un ingenuo observador. El tío bueno sólo sacude la cabeza, consternado, ante la conducta de aquellos norcoreanos tan extravagantes”.
El objetivo de la inocente información –dice- es hacer que en la mente del lector norteamericano y en las de los de otros lugares del mundo bajo influencia de los medios corporativos que controla Washington quede sólo la idea de que los maniáticos norcoreanos, una vez más, han disparado misiles contra objetivos fantasmas.
Relata Gagnon que, habiendo tenido acceso al cúmulo de informaciones omitidas, pudo constatar de qué manera Estados Unidos y el Washington Post engañaban al público, incluso a la mayor parte de los congresistas de Estados Unidos, que ignoraba el grave peligro que significaban esos ejercicios que llevaban a cabo su país y Surcorea frente a las costas de Corea Democrática y de China, algo que la noticia sobre los cinco misiles pasó por alto.
Grupos de pacifistas en Corea del Sur, identificados con el intríngulis del asunto, se manifestaron en protesta durante los días de las maniobras conjuntas, sin que ello fuera reportado por los medios en Corea del Sur ni, mucho menos, por el Washington Post.Gagnon considera que se trata de un revelador ejemplo de la forma en que se estigmatiza a Norcorea desde la Guerra de Corea. “La práctica es la misma que se ha usado contra Cuba durante muchos años, contra Irak, y en la actualidad contra Irán, Afganistán y Pakistán. Es el modus operandi de Estados Unidos”.
Publicado por ARGENPRESS en 17:16:00

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Los medios son más peligrosos que los ladrones

A periodistas del diario Crítica que quieren publicar una solicitada que no es del agrado de los patrones, les prohíben hacerlo. Aquí y en cualquier parte del mundo es un grave atentado a la libertad de expresión.

Dos médicos que expresaron sus críticas al sistema de salud del gobierno de la ciudad en un diario de de Buenos Aires fueron despedidos. Aquí y en cualquier parte del mundo es un grave atentado a la libertad de expresión.

Sugestivamente, para Clarín y La Nación (que se llenan la boca con la “libertad de prensa”, eso no mereció comentarios, salvo una brevísima información.

Sin embargo, el conflicto de un sector de repartidores de diarios con el sindicato de camioneros fue un “gravísimo” acto en contra de la libertad de prensa, cuando no se notó (por lo menos en la zona norte) ni siquiera un mínimo retraso en la llegada de los matutinos. Eso sí, en un intento de falsear la realidad, trataron de vincularlo al legítimo derecho que tienen los canillitas de tener su cuarto feriado ¡en 365 días! para festejar su día (el sábado 7 de noviembre). Que los canillitas no quieran se esclavos de los patrones de los diarios ¿será un atentado a la libertad de prensa?

Cuando los trabajadores cortan calles el Estado debe intervenir… dicen los editorialistas de la prensa monopólica.

Cuando una empresa privatizada incumple convenios, contratos y acuerdos, si el Estado interviene atenta contra la seguridad jurídica… dicen los mismos editorialistas.

Si un grupo de desocupados o vecinos o ambientalistas corta una ruta por cualquier motivo, el Estado debe intervenir… siguen diciendo.

Si los que cortan rutas son miembros de la Sociedad Rural o tienen campos de soja, por más que lo hagan durante meses y produzcan desabastecimiento y aumento de precios, son “reclamos de los trabajadores del campo”… siguen diciendo.
Y así se podría seguir, hasta cansar con los ejemplos.

Sin entrar a juzgar cada una de las acciones, más allá de que estén bien o mal, sean oportunas o no, ¿no les parece que los medios monopólicos son altamente subjetivos, por no decir mentirosos? ¿No les parece que están defendiendo intereses particulares antes que brindar información?

¿No se parecen más a partidos políticos o grupos de presión que a medios “independientes”?
Si no prestamos atención como lectores, muy pronto estaremos defendiendo sus intereses, y sin darnos cuenta…

¿Exagero con el título?

lunes, 9 de noviembre de 2009

El Día de Canillita y la libertad de informar y estar informado

Clarín y La Nación salieron a reclutar desocupados para ningunear el Día del Canillita. Estaban dispuestos a pagar lo que fuera para infundir entre los canillitas el temor a quedarse sin trabajo. Es más, de acuerdo a lo que informaron vendedores de diarios entrevistados por Prensa Libre, llegaron a ofrecer el doble y el triple de ganancias para que los tradicionales canillitas, en lugar de festejar su día, traicionaran a sus colegas por dinero.

¡Ay Clarín, vendido al rey mercado!
¡Ay La Nación siempre en contra de lo que huela a trabajadores, a pueblo!
¿Cuál es la libertad que dicen defender?

Los canillitas hace muchos años que tienen un régimen de trabajo que los hace vender con exclusividad diarios y revistas en sus tradicionales “puestos” y “paradas”. Esa es una ventaja, pero tienen muchas obligaciones. No tienen francos de ninguna clase, deben trabajar de lunes a domingo en los horarios que les indican para recibir los ejemplares, les fijan los precios y los porcentajes de ganancia, y si no venden no cobran. Los únicos días sin diarios en el año son tres: el 1° de mayo, Navidad y Año Nuevo. Agregar el Día del Canillita (7 de noviembre) del que habían sido privados gracias a los acuerdos entre sus patrones, los diarios, y los gobiernos militares, era una reivindicación por la que siempre lucharon y que este año consiguieron.

Pero atención, los grandes diarios hace muchos años que quieren recortarle a los vendedores de diarios sus derechos. Lo lograron con el gobierno de Saúl Menem, bajándole el porcentaje de sus ganancias y continuaron con De la Rúa, cuando quisieron vender diarios en todas partes, rompiendo con la tradicional forma de venta.

¿Por qué es peligroso el intento? Porque el sistema de venta de diarios y revistas es muy democrático. En Capital y Buenos Aires existen puestos fijos, muy bien distribuidos por el territorio, inclusive con reparto domiciliario, y donde se exhiben todos los productos: los de las grandes editoriales y de las pequeñas, los de derecha y los de izquierda, los favorables al gobierno y los opositores. Eso es igualdad, algo que los monopolios no pueden tolerar.

Si los grupos monopólicos consiguieran desregular el sistema, olvídese el lector de encontrar algo que no fuera producido por Clarín, La Nación y sus socios. Habría una sola información, un solo contenido, una sola opinión.

Hoy mismo, con este sistema, los grandes diarios se ponen de acuerdo con los distribuidores para entregar tarde y mal los diarios competidores. ¿Usted alguna vez se preguntó por qué en muchos lugares primero llegan los “grandes” y después los demás? O ¿por qué a veces no se consiguen los DVD de “Miradas al Sur” o los libros de “Página 12”, por ejemplo?

Si los grandes diarios controlan el papel de diario (son los dueños y ¡le venden a su propia competencia!); si son poderosos porque reciben el mayor porcentaje de publicidad y apoyo oficial; si además tienen innumerables radios AM y FM, poseen varios canales de aire y el monopolio del cable; si tienen revistas y diarios regionales y locales en todo el país; programas de entretenimiento, de chimentos, noticieros; y en todos ellos nos repiten hasta el cansancio la propaganda favorable a sus intereses… ¿No le parece que el peligro para la democracia es mayúsculo?

Por eso era tan necesaria una ley de medios, aun insuficiente, que limitara un poco su poder.
Si además de todo eso, también controlaran la distribución y venta de diarios y revistas, entonces sí, estaríamos ‘en el horno’. Casi no existen ejemplos en el mundo con un control tan grande (desde la materia prima, pasando por la fabricación, la distribución y la comercialización), y difícilmente podría hablarse de libertad de expresión y de información, con ellos machacando continuamente en la mente de todos nosotros.