miércoles, 28 de abril de 2010

Periodistas, ‘escraches’ y desinformación

Esta semana en Prensa Libre se recibió la solidaridad de algunas entidades con respecto a los llamados ‘escraches’ a periodistas de los grupos de comunicación monopólicos. El motivo fue que apareció un cartel (supuestamente anónimo, que algunos atribuyen al gobierno y otros a Clarín) con el nombre de los periodistas más ricos y famosos de la televisión, acusándolos de estar ‘comprados’ por los multimedios.

Sin abrir juicios ni denunciar a nadie, a los periodistas de a pie, que no somos ni ricos ni famosos, nos llama la atención que ni estas entidades ni esos periodistas independientes ni los políticos ‘defensores’ de periodistas, que hacen, con toda razón, un gran alboroto por un (1) cartel, no abran la boca por los ‘otros’ periodistas:

Despidos de 26 periodistas del multimedios Vila –Manzano en Santa Fe (por no avalar las maniobras contra la ley de Medios aprobada); conflicto con los periodistas de dos radios de Córdoba; con trabajadores de TN; amenaza de despidos en “La Nación”, que atrasa sus salidas debido a las protestas internas por esa causa; o por los de “Crónica”, que hace meses que no cobran o lo hacen en cuotas; o por los de “Crítica”, censurados primero por no avalar con su firma la posición anti ley de medios de sus patrones y ahora en conflictos y paros por salarios; o por la actitud permanente de Clarín de violar leyes laborales y no permitir la libre elección de delegados…

Ante esta realidad, este ‘escándalo’ de ahora suena más a intencionalidad política que a una defensa real de periodistas. Justamente de periodistas que poseen todo el poder de cámaras y diarios, y que no vacilan en censurar por omisión lo que ocurre con los otros periodistas, los de abajo, los que están a merced de patrones inescrupulosos y a los que nadie les da ‘aire’ ni defiende.

¿Será que algunos políticos quieren quedar bien con los grandes medios para aparecer siempre en sus espacios?

¿Será que algunos periodistas consideran que sólo hay que tocar aquellos temas que interesan a sus patrones?

martes, 13 de abril de 2010

Tanto lo pidieron, que al final lo consiguieron

La Nación y Clarín estuvieron toda la semana diciendo que Obama no se reunía con Cristina Kirchner.

En su política editorial de tratar de voltear al gobierno actual, trataban de desmerecerlo titulando de tal manera que pareciera que Cristina iba a la reunión de Washington sobre armas nucleares no se sabe por qué, pero que no iba a contar con la bendición del mandamás yanqui.

Para ellos, lame botas de los EE.UU., que Obama despreciara a Cristina era síntoma de lo mal considerado que está en el mundo el gobierno argentino.

Pero, como toda política basada en la negación, como toda profesión que se bastardea, se les dio vuelta la tortilla y tuvieron que tragarse el sapo de ver la foto (y tener que publicarla), y admitir una reunión que Obama no da le da a cualquiera.
¿Y ahora?

No les importa, ahora buscarán pegar en otro lado, porque ya ni siquiera respetan los mínimos códigos periodísticos.

Y eso les pasa por ser poco profesionales y por tomar partido en lugar de informar.

De todas maneras, me pregunto, ¿importa realmente que Obama reciba a Cristina? Puede ser que desde el punto de vista político, o desde el negocio internacional traiga algún beneficio. Aunque conociendo a Obama y a su política comercial es como para desconfiar.

Pero desde el punto de vista ético, este gobierno bien podría negarse a reunirse con un político belicista, al que le dieron el premio Nobel de la paz para ver si deja de invadir países. Desde el punto de vista ético es imposible sentirse bien al lado de un gobierno que justifica la tortura, que tiene bases militares en todo el mundo, que mata todos los días a civiles inocentes en los países donde están sus tropas, el que tiene colonias como Guantánamo en países soberanos como Cuba.
O, como allí mismo, sostiene campos de concentración donde se tortura y se mantiene en cautiverio a numerosas personas sin protección judicial.

¡La pucha! qué oportunidad se perdieron los diarios políticos argentinos de criticar a Cristina por reunirse con un gobernante que, en la Argentina del tercer mundo, sería juzgado por crímenes de lesa humanidad.