martes, 20 de octubre de 2009

¿Perverso y manipulador el periodismo argentino? Nooo

Hoy, dos grandes diarios argentinos, con una larga trayectoria profesional, incurren en graves violaciones éticas que, en otras circunstancias, harían caer la cabeza de los responsables.
Si no se tratara de errores que seguramente habría que corregirán con prontitud, daría a pensar que se trata de una campaña negativa, que busca impulsar un creciente mal humor en la opinión pública. Algo que no podemos creer que puedan realizar estos cabales defensores de la libertad de expresión.

Vamos a los hechos.

“Hay enojo con Maradona pero no lo dice casi nadie”, dice el titular de “último momento” de la edición electrónica de Clarín (20-10-09). Un título confuso que indicaría que el cronista sabe algo que no se dice, pero que él adivina o que intuye o que le han dicho sólo a él. Como el título no lo especifica, para ser creíble tendría que tener los testimonios de no se sabe cuántos que piensan pero que no dicen.
Siguiendo esta línea periodística, un título ideal para encuestas preelectorales sería: “Aunque la gente no lo diga, va a ganar tal candidato”

Otra perla hay hoy en la edición de papel de La Nación (20-10-09):
En el centro de la tapa, debajo de una foto donde se muestra a supuestos dirigentes piqueteros, el título indica: “Respaldo piquetero a los agresores de Morales”.
Y debajo dice que marcharon: “…para respaldar a Milagro Sala, la dirigente de la agrupación Tupac Amaru que el viernes pasado agredió en Jujuy al senador y jefe de la UCR, Gerardo Morales.”

Más allá de que la dirigente mencionada declaró que estaba a varios kilómetros de distancia en el momento de los hechos denunciados por Morales, y que de no probarse tal acusación el texto caería lisa y llanamente en la calumnia y la injuria, el propio diario La Nación no admite esta clase de afirmaciones en sus páginas.

Veamos.
En el “Manual de estilo y ética periodística” publicado por el matutino (Edición 1997), en la página 46 se señala: “Algunas reparticiones públicas (…) suelen emitir comunicados en los que por el hecho de que una persona haya sido detenida se da la impresión, explícita o implícita, de que es culpable.
La culpabilidad de una persona sólo puede dictaminarla la Justicia, al cabo del debido proceso.”

Está muy claro cuál debe ser la conducta del medio y el terrible error cometido, atendiendo sólo a una versión interesada.

Muchachos, tendrán que repasar los manuales de ética que preparan los mismos medios… O bien, las campañas de prensa tendrán que aprender a hacerlas con mayor delicadeza.

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