viernes, 28 de agosto de 2009

El Gran desafío de la hora... No desaparecer de los grandes medios

Una excelente nota sobre el papel de los medios,
y sobre el dilema de los empleados de ellos: los periodistas.
Por Luisa Valmaggia *

“Lo dijo la radio”, “salió en TV”. El gran público sigue informándose mayormente tomando contacto con la realidad a través de los medios audiovisuales y electrónicos.Pero esos medios han cambiado de manera notable en los últimos 30 años producto del avance tecnológico y del capital financiero por sobre todas las áreas productivas y de servicio y fundamentalmente como parte de la estrategia del mercado globalizado.¿Qué cuentan los Medios? ¿Cuál es la información que prevalece? ¿qué intereses defienden? ¿cuál es la agenda mediática y quién la elabora?Todas estas -y algunas otras más- son preguntas poco frecuentes que nos hacemos cada tanto quienes formamos parte importante en la construcción de la realidad y quienes fijamos los temas de debate.En general y producto del avance del negocio por sobre la profesión, una porción importante de hombre y mujeres periodistas se han transformado en voceros de los grandes intereses corporativos y el resto que intenta responder al interés general se ve sometido a las presiones del medio para el cual trabaja, cuya facturación está vinculada no sólo al rating sino a la línea editorial que defiende.
Asimismo el medio (radio o TV) es hoy una rama más de otros negocios. Pongamos por caso o ejemplo a los dos principales matutinos argentinos: Clarín y Nación. Ambos participan de Expoagro y Feriagro, comparten negocios en el área de la agricultura y la ganadería, el mercado sojero y de producción y comercio de granos y agroquímicos, sus principales anunciantes así lo indican.¿Qué realidad se contará? ¿La de la distribución equitativa de la riqueza, la de los alimentos baratos y el abastecimiento del mercado interno o la del negocio al que representan y del cual forman parte activa los matutinos?Por supuesto que los que nos sentimos medianamente independientes intentamos transitar por un comino muy parecido a un desfiladero. Decir abiertamente estas cosas nos deja expuestos y con menores posibilidades de trabajo. Hacemos equilibrio todo el tiempo para dejar alguna puerta abierta, para no desaparecer de los grandes medios, o de los que tienen mayor alcance y rating, abrimos la posibilidad para que todas las voces estén presentes, intentamos –cuando podemos- salir de la coyuntura, dejar de lado el impacto y sensacionalismo y hacer visible la opinión de los especialistas, técnicos y profesionales comprometidos con el bienestar social y no con las corporaciones.De todos modos la hiper concentración de los medios nos ha dejado en una marcada desventaja.Por todo lo dicho es vital que no sólo se discuta, sino se sancione una nueva ley de radiodifusión, que ponga límites a la marcada ventaja que tiene el mercado por sobre lo que también se consume en materia informativa y a la producción de contenidos y que no deje afuera a los medios públicos estatales que deben responder de la forma más adecuada al interés general, a la democratización de la sociedad y a la elaboración democrática y plural de lo que se emite y recibe.En tal sentido el canal Encuentro es un buen ejemplo de que se puede hacer de manera eficiente y elevando el perfil cultural en lugar de aplanarlo.Tener en claro estos desafíos en cada lugar de trabajo y discutirlo nos permitirá armar la resistencia necesaria para enfrentar a la estrategia de los dueños de los medios que pareciera sintetizarse en reemplazar a los hombres y mujeres con experiencia, formación y capacitación por las nuevas camadas de pasantes bajo el lema: “acá se trabaja por la Coca y el pancho, pero representado a tal multimedio”, como si una viviera y cubriera sus necesidades mínimas por el sólo hecho de “pertenecer”.Esta es parte de la batalla y hay que intentarlo desde los grandes medios, más allá de que el panorama se comprima y se estreche, porque aún se sigue diciendo “lo ví en la TV”…”lo dijo la radio”.

(*) Periodista política, conduce de lunes a viernes de 7 a 9, por Radio de la Ciudad (AM 1110) el ciclo Esperá que me despierte.

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