lunes, 8 de marzo de 2010

Una maniobra electoral de Clarín

Por Raúl Kollmann

El 14 de junio pasado, dos semanas antes de las elecciones, un domingo, Clarín publicó en su principal título de tapa, en la página 3 y en el editorial firmado por Eduardo Van der Kooy, que Néstor y Cristina Kirchner preparaban una gigantesca maniobra: en caso de perder las elecciones en la provincia de Buenos Aires, adelantarían los comicios presidenciales de 2011. Incluso dieron una fecha precisa: 10 de marzo de 2010.

Como es obvio, pasado mañana no habrá elecciones.

Y queda claro también que todo fue una operación política del diario, seguramente para crear el ambiente de derrota del Frente para la Victoria. También se decía por entonces –y la gran vocera fue Elisa Carrió– que el 28 de junio habría un gran fraude electoral. Lo cierto es que no lo hubo o, al menos, nadie lo denunció. Ni siquiera Carrió.

Aquel 14 de junio, Clarín señalaba que “el adelanto electoral fue escuchado por un dirigente que accede con periódica frecuencia a la intimidad de Néstor Kirchner, pero con quien mantiene diferencias”. Esa fue la fuente de la tapa del diario. Señalamos entonces que, como mínimo, Clarín debería haber explicado cómo se iba a hacer semejante maniobra.

Para adelantar las elecciones presidenciales, debe hacerse una reforma constitucional, porque la reforma aprobada en 1994 dice taxativamente que los comicios presidenciales deben ser convocados dentro de los dos meses anteriores a la conclusión del mandato del presidente en ejercicio. O sea que, teniendo en cuenta que Cristina Kirchner termina el mandato el 10 de diciembre de 2011, por orden de la Constitución, las elecciones se tienen que hacer después del 10 de octubre de 2011.

Los comicios presidenciales están fijados por la Constitución, no son como los de diputados y senadores, cuya fecha se establece por ley. Por eso, para adelantar aquella elección al 14 de junio, el oficialismo requirió una ley, que fue aprobada por las dos cámaras. Clarín quiso sugerir en aquel momento que la derrota sería tan grave que la Presidenta iba a renunciar. Pero tampoco en ese caso habría elecciones. Como cualquier argentino sabe, cuando renuncia un presidente, asume el vicepresidente. El 14 de junio, cuando se dedicó la tapa del diario a esta supuesta maniobra, el vicepresidente era Julio Cleto Cobos y lo sigue siendo hoy. Clarín no decía, por ejemplo, que Cobos también renunciaría.

Cuando renunció Fernando de la Rúa, que no tenía vicepresidente por la renuncia de Carlos “Chacho” Alvarez, tampoco hubo elecciones. Asumió el presidente provisional del Senado, Ramón Puerta, y la Asamblea Legislativa designó sucesivamente a Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Duhalde. Es que así lo establece el texto de la Constitución.

Está dicho, si la Presidenta renuncia, asume Cobos, y si también el vicepresidente dimite –nadie explicó por qué lo haría– la Asamblea Legislativa tiene que elegir a un diputado, un senador o un gobernador para que asuma la presidencia hasta el 10 de diciembre de 2011. Como cualquiera sabía en junio del año pasado, una derrota K en las elecciones lo pondría en una situación de minoría en el Congreso, por lo que la designación de un presidente para terminar el mandato de Cristina se haría con una mayoría anti-K, lo que significa que el oficialismo ni siquiera tendría capacidad para designar a alguien de su gusto.

Así las cosas, la gigantesca maniobra publicada por Clarín en plena campaña electoral terminó siendo eso: un acto de campaña. De hecho, Néstor Kirchner fue derrotado en territorio bonaerense y pasado mañana no hay elecciones. En aquel momento, Página/12 consultó a jueces, constitucionalistas y fiscales. Todos coincidieron en que lo publicado por Clarín no era viable. Estuvieron en lo cierto

1 comentario:

  1. Buen aporte el tuyo. Releo a Freire respecto a los medios de comunicación y la deformación del criterio.
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