viernes, 11 de diciembre de 2009

El Estado tiene la obligación de controlar "Papel Prensa"

No se trata de cualquier empresa, es la única que fabrica el papel con que se hacen los diarios y periódicos, y en este momento la mayor parte de sus acciones (en un 63%) está en manos de dos grupos: Clarín y La Nación. El resto pertenece al Estado nacional.

Hasta ahora, los dos multimedios hicieron lo que quisieron. Entiéndase por ello que retacearon el papel, la materia prima con que se imprimen los diarios, a sus competidores y se aseguraron la provisión, para ellos y para sus múltiples emprendimientos. Esto queda demostrado por el hecho de que ellos utilizan más del 70% de la producción para sí, en tanto que el resto de los medios, tanto los llamados nacionales, como los provinciales y los locales, como Prensa Libre, deben conformarse con lo que sobra.

¿Qué pasa cuando se necesita más papel? De acuerdo a un cálculo aproximado, hay que pagarlo un 60% más caro.

Una de las pruebas más fehacientes de estos actos monopólicos de los grupos aliados es lo vivido por “Crónica”, que antes de que se iniciara este proceso era el diario de mayor tirada y hoy está al borde de la quiebra. Durante muchos años fueron en vano las amargas protestas de Héctor Ricardo García, quien (al quedar fuera del negocio) tenía que pagar más caro la mayor tirada de su diario. Algo similar denunciaba el director de “Ámbito Financiero”, Julio Ramos, hasta poco antes de su muerte.

Los que no lo denuncian, como el diario “Perfil” (que debió cerrar su diario hace pocos años por los costos del papel), es porque necesitan del monopolio para subsistir. Porque el monopolio aprieta pero no ahorca: mientras un medio no se constituya en su competencia lo dejará subsistir, pero no podrá crecer más de lo que ellos quieran.

Por eso el Estado, como representante de todos los que no somos ni Clarín ni La Nación, debe velar porque el papel sea provisto para todos por igual y al mismo precio.

Ese fue el espíritu con que se creó la empresa mixta (por lo menos el declarado) y eso es garantizar la libertad de prensa y la libertad de empresa.

Mientras Clarín y La Nación sigan manejando a su arbitrio la producción de la materia prima y su comercialización, será absurdo pregonar que existen algunas de las dos libertades.

Lo único que existirá es (como hasta ahora) el control absoluto de la información por parte de los multimedios.

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