miércoles, 18 de enero de 2012

Clarín y La Nación y las mentiras sin descanso



Es repugnante ver la forma falaz en que se comporta el cartel Clarín-La Nación con respecto a las leyes que limitan su poder monopólico en el mercado de la prensa comercial.



Sus títulos demuestran de qué manera desprecian, no sólo la inteligencia de la gente, sino las mismas instituciones de la democracia argentina. “Ataques a la prensa”, ellos le llaman a las leyes del parlamento argentino que limitan su poder sobre el resto de los medios de prensa.



Hoy por ejemplo, La Nación, titula: “Nuevo avance sobre la prensa: fijan cupos para importar papel”. La Nación sabe que miente, sabe que intenta tergiversar el sentido de las medidas que obligan a los poseedores del papel a producir más. Pero ellos, no quieren producir más papel, porque consideran que es suficiente con lo que se venden a sus propios medios y los de sus subordinados. El resto, arguyen, que lo importen pagando más caro.



Como se sabe, los dos diarios se hicieron dueños del papel allá, justamente por 1977, y de la mano de Videla y su banda de piratas… Las denuncias de apropiación ilegal, de delitos de lesa humanidad, sobre sus maniobras para quedarse con el papel que debía ser “de todos”, duermen en los juzgados porque, se sabe, la Justicia es lenta con los poderosos y rápida con los pobres.



No sólo se apropian del papel, no sólo se venden a ellos mismos más barato, sino que además se compran las devoluciones (eso que no se vende en los quioscos), prácticamente al costo de hacerlas. Por eso uno puede ver pila de “clarines” que no se venden, porque total “Papel Prensa S.A.”, le paga a los diarios el total de lo que les cuesta.



Cuatro aumentos de precio en 2011 significan duplicar la inflación que el propio Clarín dice (sin base científica) que se produjo en el país, provocando así un aumento de precios innecesario. Lo mismo hacen con Cablevisión. Si el gobierno intenta tibiamente que cobren lo que corresponde y si hay jueces que se ponen del lado de los usuarios, ellos se burlan del pueblo, de las instituciones y de los jueces serios, haciendo lo que se les viene en gana, sin pagar una sola multa, sin cumplir con la ley e invocando “la libertad de prensa”, que, en su caso es la libertad de hacer lo que quieren, porque todavía tienen el poder.



Clarín y el monopolio del papel y de los medios, junto a los sectores dominantes del petróleo, junto a las cementeras (que nos enteramos ahora que no pagan las multas fijadas por la Justicia desde 2005), junto a los señores del agro concentrado que quieren que no les cobren impuestos cuando no llueve, y tampoco cuando llueve, porque son los que producen la riqueza… que ellos disfrutan. En fin, esos sectores poderosos, junto a las empresas de alimentos que fijan precios, y a los hipermercados que los acompañan con ganancias exorbitantes (si pueden hacer descuentos del 50 o el 70 % ¿cuánto ganan?), o las prepagas que cobran lo que quieren, o los bancos que ofrecen créditos usurarios y ganan cuanto se les antoja…



Todos esos son los verdaderos enemigos, que Clarín y La Nación defienden. Esos son los responsables de que existan todavía chicos con hambre, hospitales sin insumos, sindicalistas vendidos y policías corruptos. Esos son les responsables de que los argentinos no estemos muchos mejor de lo que logramos mejorar en estos últimos años.



A esos es necesario pararles la mano, ya, ahora, porque si no, no habrá valido nada todo lo que se progresó hasta hoy. Sin el necesario freno a las corporaciones que detentan todavía el poder, será imposible alcanzar la sencilla, modesta y necesaria felicidad que el pueblo anhela.