martes, 20 de septiembre de 2011

Una torpe nota de Alcira Argumedo (INFOSUR)



La Diputada Nacional de Proyecto Sur defiende su precaria postura post electoral manipulando, pero denunciando ser la víctima de una ‘manipulación’.

Empieza su nota con una cita textual: “Recientemente, Alcira Argumedo aparecía en un programa de televisión tratando de explicar el 0,9% de Proyecto Sur y dijo como excusa que sus spots de campaña eran malos. El 0,9% no se puede explicar por los spots de campaña. En ese caso, estaríamos todos condenados a juntar plata, a hacer vaquitas y contratar publicistas”. (María Pía López, entrevista en Iniciativa. Por un proyecto nacional, popular y latinoamericano. 7/9/2011) (http//espacioiniciativa.com.ar)

Que la Argumedo trató de explicar parte de la derrota con ese argumento no caben dudas, pero lo que la diputada arguye es que lo repitieron demasiadas veces. Por lo tanto descalifica la crítica a su banalización argumental, señalando a quienes realizan en forma permanente una operación en su contra o en contra de su jefe: Pino Solanas.
¿Qué argumentos utiliza?:
“El manual más primitivo de Ciencias de la Comunicación enseña que, para manipular la información y los discursos, es suficiente la simple operación de sacar frases o palabras de contexto, cortar un pedacito y repetirlo varias veces, de modo tal que aparezca como una afirmación categórica, con valor en sí misma, como el núcleo esencial de un pensamiento: ésta es la mecánica característica de los programas del señor Diego Gvirtz y en particular de ese que seguramente pasará a la historia por su deslumbrante grandeza y calidad: 6, 7, 8.”
Bueno, bueno, si eso no es coincidir con Marianito Grondona en lo hitleriano del kirchnerismo, le pega en un palo.

Compara entonces ese mecanismo con el que impera en el INDEC.
Si eso no es una comparación, por lo menos endeble y exagerada, ¿qué es?
Se le podría responder diciendo que los elogios de Grondona a su jefe y la aprobación de éste lo vinculan directamente con el apoyo a los golpes militares que el periodista supo realizar durante toda su vida, utilizando el mismo recurso que ella emplea.

Y sigue con los ejemplos, citando fuentes calificadas como: “me encontré con un alumno de Sociología y me contó…” ¿Una cita clave para desacreditar al INDEC? Afirma luego con una soltura de cuerpo ¿propia de un profesional de la sociología?, vitando a su fuente: “llega la patota de Guillermo Moreno y… nos ordena…” ¿Cómo rebatir semejante argumento?

Y como si no lo estuviera haciendo, explica que descalificar o ridiculizar a la persona de quien se trate es una “operación muy útil para eludir todo otro tema incluido en ese discurso o información que pueda resultar incómodo”.

Se despacha luego con una afirmación surgida de su propia imaginación: “no pueden discutirse las políticas kirchneristas del modelo; sólo lo hace la gente estúpida”.

Esta argumentación elemental, coincide con su actitud de dejar de lado cualquier valor positivo que pudiera tener el gobierno o alguna de las medidas que tomó en ocho años. Pasa entonces a un detallado recuento de todo lo malo, que reprodujeron hasta el cansancio los medios opositores: “la expansión de los negocios de la minería a cielo abierto con uso intensivo de cianuro y contaminación de fuentes de agua, de tierras y aire: el Parlamento Europeo la ha prohibido en toda Europa, por sus “consecuencias catastróficas e irreversibles”.
Esto de poner de ejemplo al capitalismo europeo, si bien no suena muy bien en un discurso de la izquierda virulenta, no le hace mucho bien al argumento. Acusa después, a todos los que no comparten su posturas, de callar “ante el accionar de las petroleras privatizadas” y dejar que saqueen al país.

Afirma muy suelta de cuerpo: un ¿75%? de los jóvenes desocupados o precarizados; un 50% de los trabajadores que ganan menos del salario mínimo (¿dónde estarán las fuentes de sus estadísticas?). Y luego mezcla “la pobreza y las muertes de chicos por desnutrición”, “las conductas de gobernadores aliados o barones del conurbano”. Iguala al gobierno con Capaccioli y la efedrina, Ricardo Jaime y su enriquecimiento; Juan José Zanola y los medicamentos truchos; los hermanos Juliá saliendo del aeropuerto de Morón y pasando por Ezeiza con una tonelada de cocaína; José Pedraza; Sergio Schoklender; “ciertos jueces del Poder Judicial”...
Parece que para ella todos son cuadros del kirchnerismo, y no dice que están procesados por la Justicia. ¿A quién los antepone? A “Artigas, Belgrano, San Martín, Bolívar, Martí, Alem, Mariátegui, Sandino o Ugarte: todos ellos fueron grandes derrotados políticos”.
Caramba, acá sí que no se queda corta en su comparación. Los grandes hombres son iguales a Alcira Argumedo y a Pino Solanas, los “grandes derrotados”… Le faltó agregar a Elisa Carrió y completaba la escena de los denunciadores compulsivos…

Finalmente sigue criticando a María Pía López, al programa 678 y al gobierno, con una impunidad y una simpleza que llama la atención en un personaje considerado como un importante intelectual en la Argentina.

Hay quien opina que un intelectual no debe meterse en política partidista porque pierde su capacidad de analizar con ecuanimidad o con cierta objetividad la realidad.
Pero no se trata de hacer un “silencio cómplice y la condena a toda crítica”, sino el dejar de plantear como verdad revelada que lo que yo digo es lo único justo, que mi visión de la realidad es la única acertada, que el que no hace lo que yo pienso que se debe hacer es un corrupto, o ¿porque yo esperaba más? (como dice Pino Solanas) “son de ultraderecha”.

El tiempo pasa para todos, pero la enfermedad del ultra izquierdismo, está demostrado, no sólo ataca a los marxistas, sino también a los peronistas de toda la vida como Pino Solnas, y lo más triste es que los extremos se unen a la vuelta de la vida. No sea cosa que asistamos al milagro de un frente revolucionario donde Altamira, Chiche Gelblum, Marianito y Pino estén en primera fila.
Sería como una auténtica poesía discepoliana, pero del siglo veintiuno…

La nota de Argumedo puede leerse completa en: http://www.argenpress.info/2011/09/intelectuales-6-7-8-la-realidad-gusto.html