
Se las acerco esta semana, porque partiendo del conflicto entre Diego Maradona y Juan Román Riquelme, el periodista reflexiona sobre los programas de televisión y el periodismo en general, con una lucidez que no es común encontrar hoy en los multimedios.
Dice Stiletano: “En Gol de medianoche quedó ratificada una constante de algunos de los canales deportivos de la TV paga: recibir a una figurita difícil para los medios a cambio de tratarlo con mirada acrítica, por lo general admirativa y obsequiosa. El precio a pagar es muy caro: el riesgo de perder el rigor y la perspectiva crítica. Vale más el efecto provocado por la exclusividad. Por más que esté rodeada por el silencio de quienes deberían preguntar y analizar, pero no lo hacen.” Pero no se limitó a un programa “…la respuesta de Riquelme (…) se recostó en el espacio mediático que mejor lo cobija - Telenoche, por Canal 13- y le permite manifestarse sin incomodidad alguna.”
Y explica luego: “En la operación hay conveniencias mutuas: el jugador se ahorra respuestas a preguntas incómodas y el medio se asegura desde su propio silencio cómplice una nueva visita del ídolo de turno.” Porque la cosa está muy clara para Stiletano, al decir: “esa misma TV dedicada al deporte tiene enormes intereses económicos que terminan enrareciendo cualquier acercamiento o alejamiento hacia protagonistas…”
Hasta allí el ámbito deportivo. Pero el periodista profundiza: “Lo que trascendió en los últimos días gracias al fútbol está lejos de acotarse a ese ámbito. En definitiva, es una manifestación que tiende a extenderse desde hace un buen tiempo como un virus sobre buena parte del organismo televisivo. Los espacios informativos resultan cada vez más extendidos y abarcadores, y nunca hubo en la TV abierta noticieros más largos como los que tenemos hoy. Pero el análisis, la visión del contexto, la reflexión capaz de anudar causas y efectos, la opinión ponderada y despojada de otro interés que no fuera el rigor a la hora del razonamiento, brillan por su ausencia.”
Y justamente esa ponderación crítica que Stiletano añora en el periodismo argentino actual, lo lleva a definir con precisión científica a los noticieros televisivos: “…hace tiempo que prescindieron de la voluntad de analizar lo que pasa sin concesiones. En el terreno político, en la crónica policial, en el enfoque internacional y también en el caso de una discusión futbolística que seguramente nos deparará algún otro ruidoso episodio.”
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